Bienestar Animal, Maltrato Animal

Comprendiendo el Maltrato Animal: Conceptos, Tipos y Consecuencias


En la sociedad actual, el bienestar animal ha ganado una importancia sin precedentes, no solo desde una perspectiva ética, sino también en relación con la salud pública y el equilibrio ecológico. No obstante, el maltrato animal sigue siendo una realidad preocupante que se manifiesta de diversas formas en todo el mundo. A pesar de los avances en las acciones destinadas a proteger los animales, millones de ellos continúan siendo víctimas de abuso, crueldad, negligencia y explotación. Este fenómeno no solo compromete el bienestar de los animales, sino que también tiene profundas repercusiones para la sociedad en su conjunto.

El maltrato animal engloba actos de violencia física y emocional, así como la negligencia, entre otras formas de crueldad. Estas acciones no solo infligen un sufrimiento inmenso a los animales, sino que también reflejan una falta de respeto y dignidad hacia la vida de otros seres. Además, la estrecha relación entre el maltrato animal y otras formas de violencia, como la violencia vicaria, está ampliamente documentada, lo que resalta la urgencia de comprender mejor sus causas y efectos para mitigar su impacto y avanzar hacia una sociedad más compasiva y justa.

Definición Maltrato Animal

Aunque el maltrato hacia los animales ha existido a lo largo de la historia, su definición sigue siendo compleja y a menudo imprecisa debido a las múltiples variables que influyen en su comprensión. Este concepto abarca un amplio espectro de conductas, desde la violencia directa hasta la negligencia en el cuidado animal. Además, la percepción y definición de maltrato animal están profundamente influenciadas por factores como la cultura, las leyes, las normas sociales, las emociones personales entre otros (Fernández Álvarez, 2019).

Culturalmente, prácticas que en algunos contextos se consideran maltrato, en otros pueden ser aceptadas o incluso celebradas, como las corridas de toros, por ejemplo. Las leyes también varían significativamente entre países y pueden variar con el tiempo, estableciendo los límites legales de lo que se considera maltrato. Además, las normas sociales y las actitudes hacia los animales pueden diferir entre grupos, lo que es aceptable en una comunidad puede no serlo en otra.

En cuanto al aspecto emocional, las creencias y sentimientos individuales juegan un papel crucial. Algunas personas son más sensibles al sufrimiento animal que otras, lo que influye en su percepción de lo que constituye maltrato.

Sin embargo, para el caso de esta entrada tomaremos la definición de “Maltrato Animal” que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia da en su documento de la Política Nacional de Protección y Bienestar Animal expedida en 2022 como: “Un comportamiento socialmente inaceptable capaz de causar dolor, sufrimiento, angustia y/o muerte a un animal, ya sea por acción u omisión o que, de otra manera amenaza el bienestar de un animal. Se trate de un acto físico o mental puede ser activo o pasivo (negligencia), ya sea directo o indirecto, intencional o no (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2022).   


“El maltrato animal es un comportamiento inaceptable socialmente que causa sufrimiento o muerte a un animal, ya sea físico o mental, intencional o no”

Es importante considerar que existen términos con definiciones similares que complican la comprensión del maltrato animal, como el abuso y la crueldad hacia los animales (Fernández Álvarez, 2019).

El abuso animal se refiere al uso excesivo o inapropiado de la fuerza, el poder o el control sobre un animal, lo que puede causar daño físico, emocional o mental. Un ejemplo de esto son los casos de caballos desplomados por fatiga después de ser utilizados en cabalgatas o en carruajes turísticos.   

Por otro lado, la crueldad o violencia hacia los animales es una forma extrema de maltrato que implica infligir dolor o sufrimiento de manera intencional, como en casos de tortura, mutilación o muerte de un animal de manera inhumana.

La violencia contra los animales ES VIOLENCIA, y punto. Si aceptamos un cierto grado de desviación y no intervenimos, luego se puede subir a un nivel superior y enviamos el mensaje de que la violencia es aceptable

Melinda merk

Tipos de maltrato animal

La Dra. Melinda Merk en su libro Veterinaria Forense: Investigaciones sobre Crueldad hacia los Animales, identifica dos elementos clave que definen la indefensión de una víctima. El primero es que la crueldad animal es un crimen que generalmente se comete a puerta cerrada, donde rara vez hay testigos, y si los hay, es probable que no denuncien por miedo. El segundo elemento es que un animal maltratado nunca podrá acudir a alguien para contar lo que le sucede, lo que significa que un animal nunca podrá testificar (Merck, 2007).

El maltrato animal se manifiesta de diversas formas, cada una con características particulares que afectan de manera significativa el bienestar de los animales. Es crucial identificar estas modalidades para ayudar en su comprensión ante la comunidad y desarrollar estrategias efectivas tanto de intervención como de prevención y denuncia.

Se pueden identificar cuatro tipos básicos o fundamentales de maltrato animal y no son excluyentes entre sí. Estos tipos de maltrato animal son:

  • Maltrato físico: Este tipo de maltrato consiste en acciones voluntarias e intencionadas hacia un animal que causan daño en su organismo, ya sea a través de lesiones físicas o enfermedades. Este tipo de maltrato suele ser el más fácil de identificar, debido a la evidencia de lesiones corporales y la posible presencia de testigos (Fernández Álvarez, 2019, Fernández Jaca & María Levrino, 2022).
  • Maltrato emocional: Este abarca comportamientos del agresor que causan graves trastornos en la conducta del animal, afectando su capacidad para relacionarse con su entorno. Se manifiesta mediante expresiones verbales o corporales amenazantes, como gritos o gestos de ira, e incluye formas de maltrato físico o sexual que, aunque no dejen lesiones visibles, provocan significativos problemas emocionales. Estudios en comportamiento animal han identificado otras formas de maltrato emocional, como la exposición a ruidos excesivos, la manipulación inadecuada de la luz, la restricción extrema de la movilidad o la inhibición parcial o total de su comportamiento natural, todas con secuelas duraderas en el bienestar del animal, afectando su calidad de vida a largo plazo (Fernández Álvarez, 2019, Fernández Jaca & María Levrino, 2022).
  • Maltrato sexual: Este tipo de maltrato ocurre cuando la persona agresora utiliza un animal para ejercer prácticas de carácter sexual que pueden lesionar órganos sexuales, el ano o el recto del animal. En algunos casos, la difusión de contenido sexual con animales a otras personas también se considera maltrato sexual (Fernández Álvarez, 2019, Fernández Jaca & María Levrino, 2022).
  • Maltrato por negligencia: En este tipo de maltrato se refiere a situaciones en las que la persona responsable priva al animal de sus necesidades y cuidados básicos. Esto incluye la falta de administración de alimentos y agua en cantidad y calidad adecuadas, la ausencia de un lugar seguro y cómodo para descansar, protegido de las inclemencias del clima, y la falta de atención sanitaria en casos de lesiones, heridas o enfermedades (Fernández Álvarez, 2019; Acero Aguilar, 2021; Fernández Jaca & María Levrino, 2022).     

Causas del Maltrato Animal

El maltrato animal es un fenómeno complejo que tienen raíces en diversas causas, tanto individuales como sociales. Comprender estas causas es esencial para abordar el problema de manera efectiva, ya que facilita el desarrollo de estrategias de prevención y educación orientadas a erradicar el maltrato en todas sus formas. Entre las causas más importantes se destacan las siguientes:

  • Factores culturales y sociales: En muchas culturas, ciertas formas de maltrato animal están profundamente arraigadas y son a menudo aceptadas o incluso fomentadas. Tradiciones que involucran el sacrificio de animales, peleas organizadas o el uso de animales para entretenimiento perpetúan el sufrimiento animal bajo el amparo de costumbres. Además, en algunas sociedades, la falta de empatía hacia los animales se ve reforzada por normas sociales que minimizan la importancia de su bienestar, normalizando así el maltrato y la crueldad (Acero Aguilar, 2021), como por ejemplo, el envenenamiento de gatos y perros considerados una molestia en la comunidad por las excretas dejadas en vía pública
  • Falta de educación y conciencia: La falta de educación y por ende de conocimiento sobre las necesidades físicas, mentales y emocionales de los animales es una causa significativa de maltrato, ya que muchas personas no comprenden que sus acciones, o la falta de ellas, pueden causar un sufrimiento considerable. La ausencia de una educación adecuada sobre bienestar animal y la falta de conciencia sobre la conexión entre el maltrato animal y otras formas de violencia perpetúan estas prácticas. Además, la difusión de información incorrecta también puede provocar maltrato. Por ejemplo, en situaciones donde se cree erróneamente que un animal podría transmitir una enfermedad zoonótica, el pánico puede llevar a que se abandone, hiera o incluso que se mate al animal. Un claro ejemplo que se puede tomar es la enfermedad de toxoplasmosis que, junto con la llegada de un bebé a la casa y una información equivocada a menudo proporcionada por profesionales de la salud humana, ha llevado a varios casos de abandono de gatos.   
  • Factores psicológicos: El maltrato animal a menudo está relacionado con problemas psicológicos, emocionales, daños orgánicos en su sustrato neurológico, enfermedades mentales o por consumo de sustancias psicoactivas en los perpetradores (Acero Aguilar, 2021). Además, existe una correlación bien documentada entre el maltrato animal y la violencia doméstica, donde los animales son frecuentemente utilizados como instrumentos de control o para infligir daño emocional.
  • Factores económicos: La explotación de animales como recursos económicos es otra causa fundamental de maltrato. En contextos de pobreza y desigualdad, los animales a menudo se ven como medios para generar ingresos, lo que puede llevar a situaciones como el tráfico de fauna silvestre, la mendicidad con animales, entre otros, resultando en condiciones precarias tanto físicas como emocionales para el animal. La falta de recursos económicos para cubrir las necesidades básicas de los animales también puede derivar en maltrato por negligencia. No obstante, esto no implica que el maltrato animal sea exclusivo de estratos socioeconómicos bajos ni ausente en los altos (Acero Aguilar, 2021). Además, la delincuencia organizada frecuentemente involucra a los animales para obtener recursos y financiar sus actos ilegales, como ocurre en las peleas de perros (Ambrosio Morales, 2017).   
  • Fallas en la legislación y aplicación de las leyes: La insuficiencia de leyes de protección animal, junto con la falta de aplicación efectiva de las normativas existentes y el desconocimiento de estas por parte de jueces o inspectores de policía, permiten que el maltrato animal persista sin consecuencias, generando un ambiente de impunidad (Acero Aguilar, 2021).     

Consecuencias del Maltrato Animal

El maltrato animal tiene repercusiones profundas que van más allá del sufrimiento individual de los animales afectados, impactando también en los ámbitos social, personal, de salud pública, y ecológico, entre otros. Los delitos de maltrato o crueldad hacia los animales raramente son denunciados y mucho menos investigados. Por esta razón, es crucial tomar en serio cualquier señal o caso de maltrato hacia los animales, ya que puede servir como indicador social de problemas subyacentes y ayudar a prevenir futuros actos de violencia, hacia otros animales como hacia seres humanos.

  • Consecuencias físicas, emocionales y mentales en los animales: Como se mencionó anteriormente, el maltrato inflige un sufrimiento significativo a nivel físico, emocional y mental en los animales (Fernández Álvarez, 2019). Puede causar graves lesiones como fracturas, pérdidas de miembros u órganos, enfermedades crónicas, desnutrición e incluso la muerte. En el plano emocional, los animales maltratados suelen experimentar miedo, ansiedad, diestres y comportamientos agresivos. Estas secuelas no solo disminuyen su bienestar y su calidad de vida, sino que también afectan su capacidad para interactuar de manera normal y tranquila con otros animales o humanos.
  • Impacto en la Salud Pública: El maltrato animal tiene implicaciones significativas en la salud pública, tanto directa como indirectamente. Los animales maltratados, especialmente aquellos que sufren por negligencia, a menudo viven en condiciones insalubres que no solo comprometen su salud, sino que también los convierten en potenciales portadores de enfermedades zoonóticas (Fernández Jaca & María Levrino, 2022). Además, la falta de higiene en su entorno puede contribuir a la proliferación de roedores, insectos y otros vectores, aumentando el riesgo de contaminación ambiental y afectando negativamente la salud de la comunidad.
  • Repercusiones Sociales: Existe una correlación bien documentada entre el maltrato animal y otras formas de violencia, como la violencia infantil, la violencia vicaria, violencia de género y el abuso a personas de la tercera edad. Las tasas de maltrato animal son significativamente más altas en grupos de niños víctimas de cualquier tipo de abuso y en familias con violencia de pareja (Cajal et al, 2018). De hecho, el 20% de los casos de crueldad animal intencionada, se detecta violencia intrafamiliar subyacente (Fernández Jaca & María Levrino, 2022). Un estudio encontró que los niños que habían maltratado animales presentaban mayor y más severo número de síntomas de trastornos de conducta y provenían de entornos familiares más disfuncionales (Merck, 2007). Este vínculo resalta la importancia de abordar el maltrato animal no solo como un problema de bienestar animal, sino también como una cuestión crítica de seguridad y bienestar social.
  • Consecuencias Ecológicas: El maltrato animal, especialmente en contextos de explotación industrial o comercial, puede desestabilizar el equilibrio ecológico. Actividades como la caza y el tráfico ilegal de especies silvestres, el abandono de animales de compañía cerca de reservas naturales que pueden transmitir enfermedades a la fauna local, y la mala tenencia de felinos que se convierten en depredadores de especies endémicas, son algunos ejemplos. Además, la destrucción, la alteración y la perdida en la extensión de hábitats, junto con la introducción de prácticas insostenibles, no solo afectan el bienestar de los animales involucrados, sino que también comprometen recursos vitales, impactando negativamente la calidad de vida humana.

Medidas para Prevenir y Combatir el Maltrato Animal

Para combatir el maltrato animal, es esencial implementar una serie de medidas que aborden el problema desde múltiples frentes, incluyendo la educación, la legislación, y la intervención directa y temprana. Estas estrategias deben ser integrales y sostenibles, con la colaboración de individuos, comunidades y gobiernos.

  • Educación y Conciencia Pública: la educación es una herramienta fundamental en la lucha contra el maltrato animal. Es crucial que desde temprana edad se inculquen valores de respeto y empatía hacia los animales. Programas educativos en escuelas, campañas de concienciación pública y la difusión de información sobre el bienestar animal puede transformar actitudes y comportamientos hacia los animales, fomentando una cultura de cuidado y protección. La sensibilización de la sociedad también debe incluir información sobre la relación entre el maltrato animal y otras formas de violencia. Se recomienda aquí manejar el concepto «One Welfare – Un Bienestar» .
  • Legislación y Aplicación de Leyes: El fortalecimiento de las leyes de protección animal es esencial para combatir el maltrato. Esto incluye no solo la creación de leyes más estrictas, sino también la aplicación efectiva de las mismas. Las autoridades deben estar capacitadas para reconocer e intervenir en casos de maltrato, y los sistemas judiciales deben asegurarse de que los perpetradores enfrenten consecuencias adecuadas. Además, es necesario promover la actualización y armonización de las leyes a nivel local, nacional e internacional, asegurando que reflejen los estándares actuales de bienestar animal.
  • Programas de Intervención y Rescate: Las entidades y organizaciones dedicadas a la protección animal desempeñan un papel crucial en la intervención directa en casos de maltrato. Estas entidades deben contar con los recursos necesarios para rescatar, rehabilitar y reubicar a los animales maltratados. Los programas de adopción, refugios y centros de rehabilitación deben estar adecuadamente equipados para atender las necesidades físicas y emocionales de los animales. Además, es fundamental el establecimiento y la divulgación de líneas directas para reportar casos de maltrato y la creación de redes de apoyo que incluyan veterinarios, autoridades y voluntarios.
  • Promoción de la Investigación y Desarrollo: Fomentar la investigación en el campo del bienestar animal y la etología puede proporcionar datos clave para desarrollar políticas y prácticas más efectivas. El apoyo a estudios sobre el impacto del maltrato animal, el desarrollo de métodos alternativos para evitar la explotación de animales, y la investigación sobre la relación entre el maltrato animal y la salud pública son áreas que deben ser prioritarias. La colaboración entre instituciones académicas, gobiernos, y organizaciones no gubernamentales puede impulsar avances significativos en la prevención del maltrato animal.

Conclusión

El maltrato animal es un problema complejo con profundas implicaciones para el bienestar de los animales, el ambiente y la sociedad en general. Comprender sus causas, reconocer sus diversas formas y abordar sus consecuencias es esencial para desarrollar estrategias efectivas de prevención e intervención. La acción conjunta, que incluye educación, legislación y vigilancia comunitaria, es crucial para erradicar el maltrato y promover una sociedad más compasiva y justa para todos los seres vivos.

«Cada acto de maltrato animal es una herida en nuestra propia conciencia»

MV Oscar Buitrago

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Bibliografía

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Ambrosio Morales, M. T. (2017). El maltrato y la crueldad contra los animales. Su importancia desde la perspectiva de la criminología. En M. T. Ambrosio Morales, & M. Anglés Hernández, La Protección Jurídica de los Animales (págs. 155-179). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México. Obtenido de https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4436/8.pdf

Cajal, M., Iruruzún, J. I., Nadal, Z., Solimena, N., Widensky, B., Reyes, P., & Díaz Videla, M. (2018). Psicopatía, criminalidad y maltrato animal. En M. Díaz Videla, & M. A. Olarte, Antrozoología Multidisciplinario Campo de Investigación (págs. 112-133). Buenos Aires: Akadia.

Fernández Álvarez, A. (2019). Elementos básicos del maltrato animal. Zaragoza: Amazing Books.

Fernández Jaca, I., & María Levrino, G. A. (2022). Maltrato animal: situación actual y percepción en la clínica veterinaria. Derecho Animal (Forum of Animal Law Studies), 13(1), 19-33. doi:https://doi.org/10.5565/rev/da.597

Merck, M. D. (2007). Veterinaria Forense. Investigaciones sobre crueldad hacia los animales. Zaragoza: Acribia.

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