Bienestar Animal, Etología

La Conciencia… ¿Es exclusiva de los humanos?


La pregunta de si la conciencia es exclusiva de los humanos ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de la historia. La capacidad de experimentar sensaciones, emociones y pensamientos conscientes plantea interrogantes sobre si esta facultad es única de nuestra especie o si también está presente en otros seres vivos. Este dilema ha despertado un interés creciente en la comunidad científica y filosófica, ya que explorar la naturaleza de la conciencia en diferentes seres, abre una ventana hacia la comprensión de la vida misma. En este contexto, surge la interrogante fundamental: ¿la conciencia es una cualidad exclusiva de los humanos?

¿Qué es la conciencia?

A lo largo del tiempo, se ha intentado definir el concepto de conciencia. Sin embargo, han surgido múltiples interpretaciones de esta palabra llana y trisílaba. Varios autores han abordado la conciencia desde distintas perspectivas. Por ejemplo, León Domínguez y León Carrión (2019, p. 159) la describen como “un estado fisiológico del sistema nervioso que varía según el dominio temporal y espacial de sus operaciones neuronales, permitiendo finalmente la aparición de conductas complejas y conscientes”. Otros, como Morgado Bernal (2017, p. 515), la conceptualiza como “un estado unificado de la mente, cualitativo y subjetivo, aquello que perdemos cuando dormimos o nos anestesian”.

En su artículo de investigación “La clasificación de los trastornos de la conciencia”, Martínez (2019, p. 35) presenta las definiciones de la conciencia proporcionadas por cuatro autores. Comienza con Bleuber, quien en su tratado de psiquiatría la define como “aquello que nos hace ser, en esencia, distinto de un autómata”. Luego, cita a Jaspers, quien la define como “la totalidad de la vida psíquica momentánea”. A continuación, menciona a Alfonso Fernández, definiendo la conciencia como: ”la totalidad de la experiencia momentánea insertada en la corriente contínua de la vida psíquica”. Finalmente, Kaplan y Sadock la definen como: “darse cuenta de sí mismos y del entorno” .

Ante la diversidad de enfoques en las definiciones de la conciencia y con el propósito de evitar confusiones en el lector, el autor de la entrada adopta la siguiente definición: “Se refiere a la capacidad de reconocerse a uno mismo en especial sus actos y consecuencias, y de la realidad del entorno que lo rodea”.               

La conciencia se refiere a la capacidad de reconocerse a uno mismo en especial sus actos y consecuencias, y de la realidad del entorno que lo rodea.

La conciencia animal

El famoso filósofo y matemático francés René Descartes (1596-1650) argumentaba que los animales carecen de mente, lo que implica que no poseen conciencia ni la capacidad de pensar o razonar. Según Descartes, los animales son como autómatas: máquinas que reaccionan automáticamente a estímulos externos sin intervención consciente ni procesamiento mental. Desde esta perspectiva, los movimientos y comportamientos de los animales son meras respuestas mecánicas a su entorno, similares a las operaciones de una máquina programada (García Rodríguez, 2020, p.163).

Afortunadamente, esta perspectiva sobre la conciencia en los animales ya es parte del pasado. Los debates e investigaciones modernas no se centran en que los animales tienen o no conciencia, sino en determinar qué animales son conscientes y cómo se manifiestan sus experiencias conscientes (Birch, Schnell, & Clayton, 2020, p.790).

En su artículo Dimensions of Animal Consciousness Birch, Schnell, & Clayton (2020) proponen un enfoque multidimensional en lugar de simplemente una escala para asignar niveles de conciencia como se ha hecho con los humanos, que van desde el estado de coma hasta la vigilia consciente, con varios grados intermedios como el sueño profundo, sueño ligero entre otros.

Esta propuesta de enfoque está compuesta por cinco (5) dimensiones:

  • Riqueza perceptual: Se refiere a la capacidad de un animal para percibir su entorno de manera detallada y sofisticada, incluyendo la percepción de estímulos sensoriales.
  • Riqueza evaluativa: Hace referencia a la capacidad de un animal para evaluar y asignar valor a diferentes aspectos de su entorno, lo que implica un proceso de juicio y toma de decisiones según lo aportado en cada experiencia tanto gratificante como aversiva.
  • Unidad temporal: Se relaciona con la integración de la experiencia del animal en un momento dado, es decir, cómo se unen y se organizan las percepciones y sensaciones en un instante especifico.
  • Temporalidad: Se refiere a la capacidad de un animal para integrar experiencias a lo largo del tiempo, lo que implica la continuidad y cohesión de la conciencia a través de diferentes momentos.
  • Autoconciencia: Es la capacidad de un animal para ser consciente de sí mismo como sujeto de sus propias experiencias, lo que implica un nivel de reflexión y reconocimiento de su propia identidad.

Esta investigación adopta un enfoque multidimensional para comprender la conciencia animal. En lugar de simplemente determinar si un animal posee conciencia o si está en un nivel más alto o más bajo en comparación con otras especies, se enfoca en algo fundamental: el reconocimiento de que cada vez se identifican más especies que exhiben signos de conciencia. Es crucial considerar las diversas dimensiones de la conciencia y reconocer que cada especie tiene su propio perfil de conciencia distintivo.

Este enfoque más amplio y detallado nos permite apreciar la diversidad y complejidad de la conciencia animal en su totalidad, en lugar de simplemente compararla en términos de mayor o menor grado de conciencia.   

Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal

El sábado 07 de julio de 2012, en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), se congregó un selecto grupo internacional de investigadores de diversas ramas de la neurociencia: neurofarmacología, neurofisiología, neuroanatomía y la neurociencia computacional. Además, contaron con la presencia del famoso físico teórico Stephen Hawkins. El propósito de esta reunión fue reevaluar los sustratos neurobiológicos de la experiencia consciente y los comportamientos asociados, tanto en animales humanos como en no humanos (Low, 2012).

Este trascendental evento marca históricamente el reconocimiento a los animales no humanos de poseer los sustratos neuronales, tanto anatómicos, fisiológicos como químicos, necesarios para los estados de conciencia y la capacidad de expresar conductas premeditadas.

Consideraciones importantes incluyen:

  • Las emociones no se limitan solo a estructuras cerebrales corticales en humanos y animales.
  • Las redes neuronales subcorticales también son importantes para generar comportamientos emocionales en los animales.
  • Estimular ciertas regiones cerebrales puede provocar conductas y estados de ánimo en humanos y animales.
  • Los sistemas asociados con el afecto se encuentran en regiones subcorticales con similitudes neuronales entre especies.
  • Los circuitos neurológicos relacionados con la atención, el sueño y la toma de decisiones se originaron en la evolución temprana, apareciendo en invertebrados como insectos y moluscos cefalópodos como los pulpos.
  • Las redes emocionales y microcircuitos cognitivos de aves y mamíferos parecen ser más homólogos de lo que se creía.
  • Ciertas especies de aves exhiben patrones de sueño REM

Estas consideraciones llevaron a los científicos reunidos a generar la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal, la cual señala:

“La ausencia de un neocórtex no parece impedir que un organismo pueda experimentar estados afectivos. Hay evidencias convergentes que indican que los animales no humanos poseen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de conciencia, junto con la capacidad de exhibir comportamientos intencionales. En consecuencia, el peso de la evidencia indica que LOS HUMANOS NO SON LOS ÚNICOS en poseer los sustratos neurológicos que generan la conciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los mamíferos y aves, y otras muchas criaturas, entre las que se encuentran los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos.”

Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal

Doce años después de la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal, un grupo de expertos mundiales en conciencia humana y expertos en quirópteros, reptiles, aves, pulpos, peces, sepias, cangrejos ermitaños, abejas y moscas de la fruta, se congregó el 19 de abril de 2024 en la Universidad de Nueva York, para dar al mundo la Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal.

Esta declaración persigue dos objetivos. En primer lugar, busca fomentar más investigaciones en el campo de la Conciencia Animal. Afortunadamente, el interés de varios investigadores en este campo ha crecido, gracias a investigaciones de alta calidad que han reducido la incertidumbre sobre la naturaleza de la conciencia y qué animales la poseen (Andrews, Birch, Sebo, & Sims, 2024).

El segundo objetivo es promover una reflexión cuidadosa sobre cómo tratamos a los animales y cómo nuestras acciones pueden afectar su bienestar, incluso cuando no tengamos certeza absoluta de su conciencia. Además, insta a los gobiernos a formular políticas públicas para mitigar los riesgos en el bienestar animal (Andrews, Birch, Sebo, & Sims, 2024).

En esta reunión importante e histórica se aborda un término crucial llamado “Conciencia Fenoménica”, que se refiere a la sensación subjetiva de estar viviendo esa experiencia y no simplemente a un procesamiento de información frío y lógico (Marchetti, 2022, p.2). Este concepto de conciencia es el mismo que el filósofo estadounidense Thomas Nagel tenía en mente cuando planteó la pregunta ¿Qué se siente ser un murciélago?.

Las investigaciones realizadas insinuan la presencia de “una vida interior” o experiencias subjetivas. Por ejemplo, se menciona el reconocimiento de una marca de color colocada en el cuerpo de un pez Labroides Dimidiatus, también conocido como pez limpiador, que fue capaz de identificarla a través del reflejo de un espejo e intentó eliminarla frotando su cuerpo contra una superficie. Además, se discuten estudios sobre la mosca de la fruta, que muestra dos tipos diferentes de sueño: uno activo que respalda la función cognitiva y otro más tranquilo que ralentiza el metabolismo y regula el estrés. Estas y otras investigaciones presentadas y discutidas en la reunión conducen a la siguiente declaración:

¿Qué animales tienen la capacidad de experimentar conscientemente? Si bien sigue habiendo mucha incertidumbre, han surgido algunos puntos de amplio acuerdo.

En primer lugar, existe un fuerte apoyo científico para las atribuciones de experiencia consciente a otros mamíferos y a las aves.

En segundo lugar, la evidencia empírica indica al menos una posibilidad realista de experiencia consciente en todos los vertebrados (incluidos reptiles, anfibios y peces) y muchos invertebrados (incluidos, como mínimo, los moluscos cefalópodos, los crustáceos decápodos y los insectos).

En tercer lugar, cuando existe una posibilidad realista de experiencia consciente en un animal, es irresponsable ignorar esa posibilidad en las decisiones que afectan a ese animal. Debemos tener en cuenta los riesgos para el bienestar y utilizar la evidencia para fundamentar nuestras respuestas a estos riesgos.

* Para más información de la Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal, puedes visitar su página web The New York Declaration on Animal Consciousness (google.com)


Conclusión

El debate sobre la conciencia animal nos lleva a replantearnos nuestras percepciones sobre la vida en la tierra. La capacidad de experimentar sensaciones, emociones y pensamientos conscientes no es exclusiva de los humanos, sino que se extiende a diversas formas de vida en nuestro planeta. A través de investigaciones multidisciplinarias y debates internacionales, hemos comenzado a comprender mejor la naturaleza de la conciencia en otras especies. Esta comprensión nos desafía a reconsiderar nuestras interacciones con los animales y a promover políticas que protejan su bienestar. Al reconocer la presencia de la conciencia en una amplia gama de seres vivos, abrimos la puerta a una mayor empatía y respeto hacia todas las formas de vida en nuestro mundo.

«Comprender la conciencia en los animales es un paso crucial hacia un futuro de mayor empatía y respeto hacia ellos.»

– Oscar Buitrago –

¿Qué opinas sobre la conciencia animal? ¿Crees que es exclusiva de los humanos o compartida por otras especies?

¡Queremos conocer tu punto de vista! Déjanos un comentario compartiendo tus pensamientos y experiencias relacionadas con la conciencia animal. ¡Únete a la conversación y contribuye a profundizar nuestro entendimiento sobre este fascinante tema!


Bibliografía

Andrews, K., Birch, J., Sebo, J., & Sims, T. (2024). Background. Retrieved from The New York Declaration on Animal Consciousness: https://sites.google.com/nyu.edu/nydeclaration/background?authuser=0

Birch, J., Schnell, A. K., & Clayton, N. S. (2020). Dimensions of Animal Consciousness. Trends in Cognitive Sciences, 24(10), 789-801. doi:https://doi.org/10.1016/j.tics.2020.07.007

García Rodríguez, S. (2020). Descartes y el pensamiento animal: acciones exteriores vs. acciones interiores. Daimon. Revista Internacional de Filosofía(79), 161-176. doi:http://dx.doi.org/10.6018/daimon.315391

Kohda, M., Hotta, T., Takeyama, T., Awata, S., Tanaka, H., Asai, J.-y., & Jordan, A. L. (2022). If a fish can pass the mark test, what are the implications for consciousness and self-awareness testing in animals? PLOS Biology, 20(2), 1-17. doi:https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3000021

León Domínguez, U., & León Carrión, J. (2019). Modelo neurofuncional de la conciencia: bases neurofisiológicas y cognitivas. Revista Neurológica, 69(04), 159-166. doi:https://doi.org/10.33588/rn.6904.2019072

Low, P. (2012). The cambridge Declaration on Consciousness. Retrieved from Francis Crick Memorial Conference: https://fcmconference.org/img/CambridgeDeclarationOnConsciousness.pdf

Marchetti, G. (2022). The why of the phenomenal aspect of consciousness: Its main functions and the mechanisms underpinning it. Front Psychol, 13(913309), 01-20. doi:https://doi.org/10.3389/fpsyg.2022.913309

Martínez, D. R. (2019). La clasificación de los trastornos de la conciencia. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría , 39(135), 33-49. doi:https://dx.doi.org/10.4321/s0211-57352019000100003.

Morgado Bernal, I. (2017). La naturaleza de la consciencia. PENSAMIENTO. Revista de Investigación e Información Filosófica, 73(276), 515-525. doi:pen.v73.i276.y2017.018